www.paquebote.com > GIORGIO AGAMBEN
Tiene el lector en sus manos la oportunidad de adentrarse en un laberinto de libertad. Es el pensamiento mismo, que no rechaza ninguna herramienta para identificar la forma que le corresponde vivir en el presente, el que aquí se despliega a través de breves senderos numerados, marcados con palabras casi enigmáticas. Cada uno de los epígrafes que componen este pequeño libro es como un ramo que juega no sólo con los espacios, desde la Plaza de Tienanmen hasta el limbo, sino con los tiempos de la filosofía,logrando finalmente conjuntarlos como ámbito mismo de la más precisa simultaneidad discursiva. Aquí, Platón, El Talmud, Gilson y la mística medieval, Santo Tomás, Kant, Melville, Frege, Walser, Kafka, Guy Debord, cada uno de ellos construye un tramo de esta habla de nuestro presente, del secuestro final del lenguaje y del uso masivo de los simulacros de comunicación para impedir el lenguaje comunicativo. Quizás ese silencio forzoso, sin embargo, nos lleva de regreso a un principio. El hombre desprovisto de lenguaje es el cualquiera. La comunidad que viene es la reunión, frágil como el chispazo de un rayo, de esos cualquiera que ninguna legitimidad podría mantener sometidos.
En el "Apostilla 2001" que acompaña esta edición, el autor no puede más que constatar que aquello que en principio era sólo una hipótesis -la ausencia de obra, la singularidad cual sea, el "bloom"- se ha convertido en realidad. Dirigido a este no-sujeto, a esta "vida sin forma", el libro no ha perdido nada de su inactualidad.
Nº226. Ensayo sobre 4 capítulos fundamentales de la cultura europea.
«Cuando se escribe no es posible lograr algo similar a los autorretratos de vejez de los pintores; una niebla tan lúcida y extrema, una conmoción sobre uno mismo tan implacable. Las puertas del misterio permiten entrar, pero no permiten salir. Todos los lugares que hemos habitado, todos los momentos que hemos vivido nos asedian, piden entrar. Lo que tenemos —las costumbres, los hábitos, los recuerdos— es demasiado, ya no lo podemos tener.
Mientras que nos parece que todas nuestras facultades disminuyen y languidecen, la imaginación crece con desmesura, ocupa todo posible espacio. Deseos tan completamente imaginados que ya no pueden ser satisfechos. Asombro de que la esperanza permanezca intacta, aunque se sabe con certeza que no será atendida, que sólo lo no atendido es real.
Los temas de la vida ahora parece que casi pueden escucharse como en una partitura. Los encuentros decisivos, las amistades, los amores, son las frases y los motivos que se enuncian y responden en el secreto contrapunto de la existencia, que no tiene pentagramas. Es como cuando se mira algo en el crepúsculo. No es tanto que la luz sea incierta, sino que se sabe que no será posible terminar de ver, porque la luz disminuye. Así se presentan ahora las cosas y las personas: fijadas para siempre en no poder terminar de verlas.» (
Giorgio Agamben).
• Giorgio Agamben (Roma, 1942) es un filósofo italiano de renombre internacional, miembro de una familia veneciana de origen armenio.